“Este equipo tiene desde hace mucho tiempo una determinación trabajo y una capacidad de adaptarse a los torneos muy por encima de la media. Eso hace que se puedan cambiar nombres, pero que no varíe la filosofía del trabajo que se desarrolla”, explicó el entrenador, quien ante la increíble campaña destaca que no fue sencillo cada uno de los pasos: “No creo que hayamos marcado mucha diferencia de acuerdo a los rivales dentro de los partidos, pero sí el andar del torneo fue muy bueno”.
Dorfman cree que es importante analizar al certamen en etapas, ya que el equipo lo vivió de esa manera: “El primer tramo fue durante el final del 2021, en el que el equipo estaba enfocado en conseguir el torneo local en Santa Fe y mientras tanto íbamos transcurriendo los partidos de la Liga Provincial y sorprendiéndonos por el rendimiento. Eso incluso nos permitía crecer a nivel local. Lo vivimos de forma paralela y la verdad es que fue impecable”.
Ya con el éxito concretado, llegó la fase final de la fase regular y los playoffs: “A la vuelta, en enero, pusimos el foco en motivaciones cortas. Primero dos partidos de cierre de fase regular para consolidar el 1, después la Copa de Verano que la tomamos muy en serio y luego las series de playoffs, que eran una novedad que debíamos afrontar con mucha responsabilidad”.
“No fueron sencillas, todas fueron diferentes e incluso sufrimos la baja de Lucio (Delfino) pero el equipo siguió igual. Ese enfoque a corto plazo como trampolín hacia lo que venía nos permitió estar enfocados todo el tiempo”, explicó el estratega santafesino.
Gimnasia es un elenco que recibió el aplauso de propios y extraños por su rendimiento. Y Dorfman se siente satisfecho. Pagaría una entrada para verlos jugar: “Gimnasia es un equipo que me gusta ver, que disfruto cada día en ver cómo se prepara. Me sentaría a verlo jugar. Tiene una propuesta de básquet moderna adaptada al recurso humano que tiene, que es de muy buena calidad. Me gusta como el equipo tiene convicción en la idea y puede ejecutarla sin fisuras, manteniendo el estilo de local y de visitante”.
“Hemos sido ofensivos cuando el equipo tenía jugadores para serlo, pero también hemos finalizado siendo los mejores por escándalo en defensa cuando el equipo tuvo que arremangarse para poder competir”, reconoce el entrenador, quien cuenta que en la previa querían competir y estar entre los mejores, pero que no se consideraban candidatos: “No era un objetivo para nosotros ser finalistas, sino ser competitivos. Queríamos estar en los mejores lugares, pero no pensando en ganar el torneo, ganar fue una consecuencia del trabajo del equipo”.
A lo largo de un torneo pueden presentarse dudas en la convicción, en la idea, pero Dorfman siempre mantuvieron la confianza ciega en lo suyo: “Dudas nunca. Nosotros nos preparamos para ser mejores. Mejores que los rivales, mejores que nosotros mismos. No nos preparamos para ganar solamente. Cuando uno está convencido de una idea, la defiende en cada acción, en un entrenamiento o una jugada. Y quienes lideramos grupos no nos podemos permitir dudar cuando los jugadores toman esa idea como propia, la moldean, la hacen suya. Esa convicción es recíproca entre ellos y nosotros. Y con esa actitud competimos”.
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